Die Welt considera que el mesianismo del Mandatario mexicano es incompatible con la democracia y advierte que gobierna cada vez de manera más autocrática.

El diario alemán Die Welt considera que el Presidente Andrés Manuel López Obrador gobierna de manera cada vez más autocrática.

En una reciente publicación, señala que en las elecciones del próximo domingo estarán en juego 20 mil cargos públicos, pero la votación es en realidad una especie de referéndum sobre el titular del Ejecutivo federal. 

Afirma que México es un país con grandes diferencias regionales donde cabría esperar una amplia gama de fuerzas políticas diferentes, sin embargo todo se ha reducido a un referéndum sobre el tabasqueño.

A decir del diario, eso es exactamente lo que quería el Presidente, que actúa de acuerdo con un claro esquema amigo-enemigo: o estás completamente a su favor o completamente en su contra, donde tratar al oponente político con respeto no es lo suyo.

Es un maestro de la pintura en blanco y negro, del afiliado sí o no, del enfrentamiento implacable.

Le gusta afirmar que México en realidad no está avanzando a través de procesos electorales democráticos sino a través de la movilización social permanente.

El artículo firmado por Hildegard Stausberg recuerda el origen de López Obrador en su natal Tabasco y su militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que surgió después de la Revolución y que por ello se identifica con su comprensión autoritaria del Estado, como patrocinador de los mexicanos.

Por ello, cuando el PRI permitió cautelosamente más democracia en los 80 y buscó una apertura económica, AMLO se apartó de ella y tres décadas después llegó al poder con Morena, su propio partido.

“Desde entonces ha estado usando esto en una locura casi mesiánica” para llevar al país hacía una “cuarta transformación”.

La primera transformación para López fue la independencia de España, la segunda fue el periodo de reforma liberal a mediados del siglo XIX, la tercera fue la Revolución, y ahora con su pretensión de una cuarta transformación, asciende hábilmente a otra, históricamente distante un nivel muy por encima de la de los presidentes “normales”.

Stausberg identifica que AMLO divide a México en dos bloques: por un lado, la gente, los buenos y por otro, los ricos, los malos.

Donde solo él puede proteger a la gente, con lo que justifica así una concentración sin precedentes de todos los procesos de toma de decisiones en sí mismo.

Por ello, la estructura de la Federación vive actualmente en un intento presidencial de socavar por completo todas las fuerzas independientes, así que las instituciones importantes de la democracia mexicana en las últimas décadas, como el Instituto Nacional Electoral (INE), han quedado desacreditadas y están a punto de quebrarse.

Por ejemplo, cuando la Secretaría de Economía presumió que la inversión directa en el primer trimestre de este año aumentó enormemente en comparación con 2020, y el Banco de México la corrigió y habló de una caída del 30 por ciento, la venganza de AMLO se produjo rápidamente y anunció que ya no prorrogaría el mandato del gobernador de Banxico.

El fundador de Morena desearía que Banxico usara los excedentes para llenar las arcas del gobierno, sin embargo, por estatutos se utilizan para pagar deudas externas.

En cuanto a la política energética, el diario cree que López Obrador tiene ideas francamente arcaicas, pues si bien debido a la cantidad de sol que irradia al territorio nacional y por los miles de kilómetros de costas, podría liderar el camino a las energías alternativas, pero el Presidente ha anunciado la compra de una refinería en Texas por 600 millones de dólares, además de mil millones de deuda de la compañía.

El que tales acciones contra el ambiente no generen un escándalo a nivel nacional e internacional, como sí ocurre en el caso de Jair Bolsonaro, es que el brasileño es un populista de derecha, y López Obrador es “un populista de izquierda” y eso, hasta ahora, lo ha protegido.

Bajo su mandato, las fuerzas armadas se han convertido en un Estado dentro de un Estado. Y la táctica presidencial de inducir al crimen organizado a ser más complaciente interviniendo con menos dureza ha fracasado.

Casi 150 políticos y funcionarios han sido asesinados desde principios de año, por lo que el politólogo Edgardo Buscaglia ve a México en el camino hacia un Estado fallido en lo que respecta  a cuestiones de seguridad.

El periódico identifica que el sector de la población que se siente abandonado es el que alimenta a AMLO, pero cuanto más escolaridad tiene la gente, más fuerte es el rechazo por él.

Respecto a la pandemia, se aclara que aunque López no hablo de una “gripe” como su homólogo brasileño, sí recomendó a los mexicanos utilizar un amuleto para estar protegidos.

Oficialmente, casi 250 mil mexicanos han muerto por la covid-19, las estimaciones extraoficiales hablan de más de medio millón.

Se detalla que el año pasado, la economía se contrajo 8.5 por ciento, más de un millón de empresas han quebrado, y 10 millones de personas volvieron a caer por debajo del umbral de la pobreza, y pasarán varios años antes de recuperar el crecimiento previo a la pandemia.

Los críticos del Presidente temen que utilice la segunda mitad de su mandato para presentarse a la reelección, a pesar que la “no reelección” ha sido uno de los principios básicos en la tradición política nacional.

El artículo finaliza citando a  Enrique Krauze: “Su mesianismo es simplemente incompatible con la democracia”.